Conclusiones

La ciberinformación del futuro, en lugar de ser una comunidad global, podría convertirse en una vasta y fragmentada red de personas aisladas que interactúan con sus datos y no con las personas. Estamos, pues, ante un arma de doble filo de la cual ya habla el Magisterio de la Iglesia desde hace algunas décadas. Es más, cabe la reflexión en este punto, de si es posible considerar realmente ese proceso, llamado comunicación, como un proceso de intercambiar o compartir, como originalmente ha sido identificado, ya que hoy en día priman en las relaciones humanas enfocadas a satisfacer necesidades, es decir, enfocadas a fines.
En este sentido se hace necesario acudir a Habermas, para aclarar que definitivamente el problema de la modernidad no ha podido ser resuelto ya que ha sido abordado desde la razón técnica, es decir, que el hombre ha privilegiado la articulación de medios a fines para controlar el medio externo, teniendo esto como resultado el desarrollo de la técnica, a diferencia de lo que pasaría si se abordara el problema de la modernidad desde la razón práctica, la que tendría como resultado la comprensión de los sujetos, que es justamente lo que consideramos que falta en este momento de la historia de la humanidad. 





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